jueves, 17 de abril de 2008

Evolución de la conciencia

El Bien y el Mal.
Oh, el árbol prohibido del paraíso, gracias al cual hemos estado divagando eternamente sobre que es lo que debemos o no hacer.
Los animales son simples, comer, beber, reproducirse y dormir. Matar para sobrevivir.
El hombre descubrió que podía decidir sobre sus acto y he aquí su gran problema, cuestionarse su existencia y sus actos.
Estoy aburrida de la moralidad arbitraria que nos impone el medio desde el día en que nacemos. Hacer las cosas porque te dicen, no porque te parezca mejor hacerlas o no.

No robarás.
¿No robarás porque tiene una ley que te impone un castigo (si te encuentra) o no robarás porque sabes que hay otro a quien pertenece lo que deseas y prefieres no hacerle daño?
Esta es mi diferencia entre ética y moral. Ojo, digo mía porque no creo en la verdad absoluta, no creo en imposiciones del razonamiento de otros.

Es lógica la necesidad de enseñar a los niños y el recurso primitivo del castigo nos viene de nuestro lado animal. Pero también existen los premios, algo un poco más díficil de encontrar en el reino salvaje ¿será un acto más humano?.
Y bueno, las leyes son la planificación de castigos para los animales que componemos esta sociedad y a quien encuentren quebrantando una ley, será tratado como animal también. Aunque parece que los jueces logran razonar con violadores y homicidas, porque los castigos son más benevolentes.

La evolución del hombre estará dada por la humanización de nuestra sociedad, que no significa la misericordia de los culpables ni la avaricia de la modernidad. El poder llegar a ser un ser más elevado incluye la relajación, la comprensión en forma positiva de los acontecimientos, la resignación a través de una lección aprendida, del respeto por la ignorancia hacia los demás y hacia nosotros mismos.
La verdad odio el código moral que llevo dentro, porque el hecho de cuestionarlo me indica que ya no me sirve de nada.
El consuelo de las iglesias sea para los débiles. necesito guía espiritual, bondad, amor, no una sarta de pecados intransigentes que me recuerden que siempre seré un ser sometido y miserable.
Quiero llegar a ser imagen y semejanza de un ser superior a través de la sabiduría, no de las limosnas. Lo que yo haga en esta vida siempre será para mi, para mi directo beneficio espiritual.
Si hay una energía más allá, nos iluminará a todos por igual y sería una engreída si por tener fe en un sólo hombre estoy en poder de una verdad superior. ¿Superior a quien, a ver?

Y como yo tampoco le he ganado a nadie, estaré muy orgullosa de que siempre haya alguien no comparta mis pensamientos.

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